- "Oye Loper, que no me funciona la práctica, mira a ver si puedes echarle una ojeada y encuentras el error, anda"
- "Venga, vale... A ver, cuéntame qué le pasa."
- "Pues mira, se supone que tendría que sumar estos valores a estos otros de aquí, y después sacarlos por pantalla..."
- "Aham. ¿Y cómo lo estás haciendo?"
- "Pues mira, primero leo los datos por aquí, los guardo en este vector, luego los opero desde el primero hasta... Oh, espera, esto está mal. Un momento, a ver..."
- "..."
- "Anda, ya funciona! Muchas gracias Loper, me lo has resuelto!"
Y así es como yo quedaba como el héroe local que salvaba el día al incauto programador mientras yo había hecho, a lo mejor... nada. Pero a la gente le servía. El otro día me enlazaron por el twitter un post donde descubrí que durante todos estos años he sido, en realidad, la versión animada antropomorfa del patito de goma. La entrada venía a decir lo siguiente:
Hay una completa metodología de desarrollo (cuyo nombre ahora no recuerdo) que hace uso de este fenómeno.
La llamamos el Método de Depuración del Pato Goma. Y funciona así:
1. Pide, suplica, roba, compra, fabrica, o búscate la forma de conseguir un pato de goma (de esos de la bañera).
2. Ponlo en el escritorio y explícale que vas a repasar un bloque de código con él, si no le importa.
3. Explícale al pato lo que tu código debe hacer y cuéntaselo en detalle, línea por línea.
4. En algún momento, le dirás al pato lo que el siguiente paso debe hacer y entonces te darás cuentas de que no es lo que está haciendo en realidad. El pato permanecerá sentado tranquilamente, feliz de saber que te ha ayudado en tu camino.
Funciona siempre.
Como no tengo un patito de goma a mano, a partir de ahora le voy a empezar a explicarle mi código al Dalek que me trajo Zor de Londres (gracias de nuevo!) a ver si con su ayuda los bugs son exterminados!
1 comentario :
Nunca se me habría ocurrido esa técnica, y eso que tengo en la mesa al pingüino de Linux mirándome fijamente...
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