Cachas de gimnasio

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¿Pasas más horas haciendo pesas que durmiendo? ¿Tienes unos músculos gigantestos con los que serías capaz de levantar una vaca y partirla en dos con tus manos desnudas? ¿Tienes más tetas que esa pobre vaca a la que levantarías? Es posible que sí, pero para ser un auténtico cachas de gimnasio necesitas además tener un estilo y, sobre todo, una actitud. Recuerda que lo siguiente es imprescindible:

  • El mundo tiene que saber que eres muy fuerte: Para ello tendrás que hacer un ruido de tipo "Gññññhhhmmppppphhhh!" cuando estés levantando pesas. Después debes recordar soltarlas desde bien alto. Nada de posarlas suavemente en el suelo. Déjalas caer desde medio metro de altura [1] para que hagan mucho ruido al impactar contra el suelo. Si en el proceso rompes alguna baldosa, mejor que mejor. Las plumas no se cargan el suelo al caer.

  • No sólo tienes que ser fuerte, se tiene que ver: Aunque tú sabes que debería ser así, no todo el mundo en el gimnasio te mira cuando estás haciendo pesas. Algunos porque tienen paredes entre medias, los pobrecitos. Así que es muy importante que lleves camisetas de tirantes bien ajustadas a tu escultural torso, para que tus brazos y hombros queden a la vista, y tu pecho se marque muy bien. Además los gimnasios te entienden y colocan espejos en muchas paredes. Cuando veas uno deberás pararte frente a él y sacar músculo. Igual te ha crecido de camino para allá, y no deberías privar al resto del mundo de tanta belleza!

  • El comportamiento en el vestuario es vital: Todas las mujeres del gimnasio te desean pero sabes que, además, todos los hombres te envidian. Así pues tu comportamiento en el vestuario es muy importante. Ellos te van a ver sin camiseta, por lo que es el momento de lucir tus pectorales y abdominales. Para facilitarles las cosas al resto de tíos del vestuario, ponte siempre en el centro del mismo a cambiarte. Da igual que ahí no haya banco donde dejar tus cosas [2], tú ponte bien en el centro. Además, seguramente haya algún espejo más donde puedas, nuevamente, contemplarte y sacar músculo. Y cuando vayas a marcharte, cierra con fuerza la taquilla, que dé un buen portazo. Imagina que alguien no estaba mirando, y luego se queda buscándote inútilmente. Deja bien claro que te marchas, para que nadie pueda tener duda de ello.

No entraré a hablarte sobre tu alimentación, porque supongo que ya la conocerás lo suficientemente bien. Ya sabes... Batido marrón los lunes, batido amarillo los martes, rojo los miércoles, azul los jueves, gris los viernes y blanco moteado para el fin de semana. Y recuerda que si dejas de entrenar en verano te deshincharás como las ruedas de una bicicleta que no se usa. Que lo he visto yo con estos ojitos.

[1] Total, es posible que tu cuerpo no te permita doblarte para llegar tan abajo como eso llamado suelo.

[2] Con la densidad de tu cuerpo probablemente generes tu propio campo gravitatorio y estén orbitando a tu alrededor. Todo ventajas!

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