En los agradecimientos iniciales de "Por no mencionar al perro", Connie Willis menciona a Robert A. Heinlein por descubrirle el relato de K. Jerome en su novela juvenil "Consigue un traje espacial: viajarás" (me sigue resultando extremadamente curioso que se siga clasificando su "Tropas del Espacio" como literatura juvenil, pero eso es una discusión totalmente aparte). De hecho, el título completo de la obra de la que hoy hablo es "Tres hombres en una barca (por no mencionar al perro)". Y yo, que soy un ser eminentemente intuitivo di por hecho que la obra de Willis algo tendría que ver con ésta... Así que me la leí antes de embarcarme en la segunda, que a fecha de hoy ando consumiendo.
El principio es demoledor. La presentación de los personajes y las circunstancias que les rodean es hilarante. No me extrañaría en lo más mínimo que los tres o cuatro primeros capítulos de este libro hubiesen servido de inspiración a grandes genios británicos del humor, como Terry Pratchett, Douglas Adams o los Monty Python. Los protagonistas son vagos, cínicos, patosos, hipocondriacos, y no pierden la más mínima oportunidad para evidenciarlo. Un día, aburridos de su rutina, deciden embarcarse en un viaje en barca por el Támesis de dos semanas de duración.
A partir del momento en que, por fin (y aunque parezca que nunca van a conseguirlo), se montan en el barco y se lanzan a la aventura, la dosis humorística se desinfla un poco. O tal vez se deba a que en ese punto continué la lectura en inglés, cuando los primeros compases los leí en castellano. Pero desde ese momento, como digo, la obra pasa más a ser un cuadro costumbrista de la época victoriana británica donde se describe, a través de historias y anécdotas narradas por uno de los protagonistas (muchas de ellas con buenas dosis de humor, pero casi ninguna ya tan demencial como las de los preparativos del viaje), distintos estilos de vida en la sociedad británica, así como fragmentos de historia.
Y es que, originalmente, "Tres hombres en una barca (por no mencionar al perro)" iba a ser una guía de viaje... Bastante recomendable, especialmente los primeros capítulos.
PD: Por dios, que alguien reescriba y amplíe el artículo de Wikipedia sobre este libro, es a todas luces lamentable.
Lpr.
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